Un mochilero sin destino es como un coche sin conductor.
No va a ninguna parte.
Por eso todos los mochileros necesitamos un destino que nos motive a meter la primera marcha, y lanzarnos a la aventura.
Afortunadamente todos tenemos algún destino con el que hemos soñado desde pequeños. Este destino está grabado a fuego en nuestra mente, y sea como sea vamos a ir. En este caso la tarea de planear tu viaje se simplifica bastante.
En otros casos elegir un destino puede ser complicado, y tendremos que evaluar varios factores antes de girar el volante a derecha e izquierda.
1. Tener en cuenta los factores climatológicos
Antes de elegir un destino hay que asegurarse de que la climatología no sea un factor limitante a la hora de viajar por ese país.
No es lo mismo viajar a Nepal durante la época seca que durante la época de lluvias, cuando el majestuoso escenario está oculto por las nubes, y muchas de las rutas de montaña están bloqueadas.
Recuerda que cuando viajamos por países grandes como India tendremos que investigar el clima por regiones. El clima frío en Rishikesh (norte de India) en diciembre no tiene nada que ver con el clima soleado de las playas de Goa.
Si los temas de salud te preocupan deberías saber que hay una estrecha relación entre el clima y enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue o la malaria.
Las épocas de lluvias, en algunos países como India, también conllevan un aumento de enfermedades infecciosas como el cólera. Para temas de salud consulta con tu clínica de viajes más cercana.
Ten en cuenta que la climatología puede que tenga un efecto negativo en nuestro presupuesto. Y es que comprar sandalias para la playa, o trajes de baño es menos costoso que comprar botas de montaña, o una chaqueta de Gore Tex.
¿Qué llevar en la mochila a un viaje mochilero?
No todos los países gozan de cuatro estaciones. Aun así, ten en cuenta que el ritmo de las ciudades, o el color de los paisajes varía dependiendo del clima, y época del año. Esto es cuestión de gustos. ¿Qué prefieres los colores melancólicos del otoño o el cielo azulado en verano?
Si el objetivo de tu viaje es ver animales salvajes, tendrás que investigar cuales son las épocas de mayor concentración. Por ejemplo, en el Serengueti el clima controla las migraciones de animales, que viajan de norte a sur del parque en busca de pastos.
2. Elegir temporada alta, baja o media
Como ya te habrás imaginado las temporadas vacacionales suelen estar estrechamente ligadas con el clima del país. A la hora de elegir la mejor temporada para visitar un destino tendremos que encontrar un balance entre nuestras obligaciones, presupuesto, gustos, y prioridades.
Vayas donde vayas, recuerda que si viajas durante la temporada alta tendrás que organizar tu viaje con más antelación.
El no hacerlo puede resultar en decepciones a la hora de reservar habitaciones, o de visitar atracciones turísticas con cupo limitado. Por supuesto, en temporada alta los precios llegan a su cenit, y puede que tengas que pagar hasta tres veces más por la misma habitación. Otro problemilla es que tendrás que esperar turno para sacarte esa foto “a solas” en Machu Picchu.
Aun así, si tu calendario no te lo permite de otra manera, no dejes de ir a ese destino soñado por ser temporada alta.
Afortunadamente, los viajeros con más tiempo que dinero podemos disfrutar de la temporada media.
Por ejemplo, tenemos lugares como Bali donde el clima es perfecto de abril a octubre. Sin embargo, la temporada alta es en Julio y agosto. Lo que nos deja cinco meses para disfrutar el buen tiempo de la isla sin masificaciones.
Algo parecido pasa con Machu Picchu, donde a pesar de tener 4 meses secos, de mayo a agosto, los meses de temporada alta son junio, julio y agosto. ¿Puedes ir a Machu Pichu en mayo?
La temporada media suele ser la mejor época para visitar la mayoría de los destinos. Los precios no rondan su máximo, y es posible encontrar buenos descuentos. Durante esta época la vida sucede a su ritmo mas natural, sin el estrés del turista, ni el pesado borboteo de la lluvia.
Yo he viajado muchas veces en temporada baja, y me he “comido” el monzón en India. No es el fin del mundo. A veces, el mochilero tiene que aprender a bailar bajo la lluvia.
Durante esta época la sonrisa de los locales compensa por los cielos grisáceos. Los locales no te ven como un estorbo sino como un viajero que mantiene la infraestructura turística a flote. O tal vez, la hibernación del turismo potencia un ambiente más distendido que ambas partes agradecen.
¿Quién sabe?
Lo cierto es que los precios son más baratos, pero puede que haya atracciones turísticas cerradas. Es cuestión de prioridades.
3. Investigar sobre la seguridad del destino
Una vez que ya hemos elegido un destino puede que tengamos dudas sobre seguridad.
Por regla general, la mayoría de las rutas mochileras son seguras, pero lo que ayer era blanco hoy puede ser gris.
La situación económica, política, y social de los países cambia, y esto sin duda repercute en la seguridad del viajero.
La página web del ministerios exteriores de España es el primer sitio donde deberías mirar para tener una idea aproximada sobre la situación del país. En esta página encontrarás información actualizada sobre todos los aspectos relacionados con la seguridad del país:
- Terrorismo
- Desastres naturales
- Seguridad ciudadana y criminalidad
- Sanidad
- Divisas
- Otros, que incluye información diversa como contratación de seguros, tráfico de drogas, turismo sexual, aduanas, colectivos LGTB, etc.
- Direcciones y teléfono de interés.
Otra página web que yo siempre miro, que es muy similar a la española, es la del gobierno inglés (Foreign Travel Advice). Los ingleses tienen una gran tradición viajera, y sus tentáculos llegan a todos los confines de la tierra.
Por supuesto, también podemos conseguir información en páginas web relacionadas con el país, en fórums mochileros, grupos de Facebook, guías de viajes y preguntando a amigos que hayan visitado el lugar.
Recuerda que es importante no dejarse asustar por amigos, ni familiares que nunca han viajado por miedo a que les roben la cartera en el aeropuerto de Barajas. Tampoco te dejes aconsejar por el viajero que encuentra problemas vaya donde vaya, o por el viajero «paramilitar» que presume de dormir con el machete debajo de la almohada.
A la hora de viajar es imprescindible contratar un seguro de viajes para cubrirse las espalda ante cualquier imprevisto. Aquí te dejo un enlace donde conseguirás un 5% de descuento con IATI SEGUROS.
Consejos de seguridad para mochileros.
4. Establecer la duración del viaje
Simón Wilson visitó siete maravillas del mundo en tan solo siete días. Una por día. Con esto te quiero decir que se pueden cubrir grandes distancias en poco tiempo, si tu motivación es poner chinchetas en el mapamundi, o batir un récord Guinness.
Por eso, a la hora de planear el viaje tenemos que decidir qué tipo de viajero somos: ¿Eres un viajero sistemático o un viajero de calidad?
En general, a la hora de elegir un destino es importante que la duración de tu viaje sea consonante con las geografía del país. Si tan solo tienes dos semanas no pretendas cruzar India de norte a sur sin perderte nada. Es mejor que te concentres en una región o que vayas a otro país más manejable.
La cantidad de puntos de interés, de un país o una ruta, te puede ayudar a decidir la duración de tu viaje. Recuerda que hasta en un viaje mochilero es muy difícil ver un país a fondo. Por poder se puede, pero… Por ejemplo, Paddy Doyle tardó más de un año, y se gastó miles de dólares, para visitar todas las regiones de Tailandia en su Honda Dreamy.
Ten en cuenta la duración de los visados, y la facilidad para renovarlos. Si planeas un viaje de varios meses por un único país las posibilidades de tener que renovar el visado, o de que tengas que salir del país en varias ocasiones son muy altas. Esto implica costos extras, y muchas veces te verás obligado a desviarte de tu ruta para sellar el pasaporte.
Revisa la sección de itinerarios de guías de viajes como Lonely Planet o rough guides. Este tipo de información suele estar disponible gratis en sus páginas web. También puedes consultar foros mochileros o páginas de Facebook.
Cuando planees tu viaje recuerda que la primera semana nos sirve para empaparnos poco a poco de aventura, sin tener que saltar de cabeza, evitando así, contrastes bruscos o el “romperse la cabeza”. Nos da tiempo para acostumbrarnos a la nueva cultura, y sentirnos parte de ella. La última semana nos sirve para “secarnos al sol” mientras preparamos la vuelta a casa.
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5. Piensa en tu presupuesto
En muchas ocasiones nuestro presupuesto tiene la última palabra a la hora de decidir entre varios destinos posibles. La verdad es que es muy complicado preparar un presupuesto detallado para un viaje largo, pero es muy fácil calcular la cantidad diaria que te puedes gastar.
Tan solo tienes que dividir la duración del viaje entre el número de días que piensas viajar. Una vez que tienes una cifra contrástala en foros, o en las páginas web de guías de viaje como Lonely Planet o Rough Guides.
Esto te permite saber si tu presupuesto es bajo, medio o alto para tu país elegido, y si concuerda con tu forma y estilo de viaje.
Tu presupuesto diario tiene que cubrir como mínimo los gastos de acomodación, comida y transporte. No te olvides de añadir para gastos de excursiones, ocio y algún capricho de vez en cuando.
Sea cual sea tu destino favorito no subestimes el precio de la atracciones principales. Investiga de antemano el precio de esa excursión con la que tanto has soñado. Recorrer el camino inca, hacer submarinismo en Honduras, ver el amanecer en el monte Kinabalu, u organizar un safari por el Serengeti son actividades costosas que te vaciarán el hucha.
Recuerda que antes de empezar tu viaje, ya te habrás gastado una fortuna en vuelos, seguros de viaje, vacunas y equipamiento.
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6. Facilidad para viajar
Si este es tu primer viaje mochilero te recomiendo que empieces por rutas fáciles cómo Sudamérica, Centro América o el Sureste de Asia.
La infraestructura turística está tan desarrollada que tu viaje mochilero se limitará a tener que elegir hoteles y pagar por excursiones en agencias de viajes.
Te lo dan todo triturado como los potitos de un bebé. No quiere decir que no alimente, o quite el hambre de aventura, pero no experimentarás el éxtasis de comer un buen chuletón a la brasa, o un plato de verduras crujientes. Eso no le quita belleza, ni mérito al viaje, y en realidad son rutas estupendas para iniciarse como intrépido mochilero.
En el lado opuesto tenemos el continente africano, donde el mundo mochilero aún no ha echado raíces. Para viajar por estos países se necesitan ganas de lanzarse a lo desconocido, experiencia a la hora de viajar y buenos dientes para masticar el chuletón.
Los destinos del mundo occidental ofrecen mucha comodidad y facilidades a la hora de viajar.
El nivel de aventura es “mínimo”, el sentimiento de libertad está restringido, y puedes usar la wifi del metro para ver YouTube si te aburres. Aun así, son países que hay que visitar una vez en la vida. ¿Quién no ha soñado con cruzar el Golden Gate en bicicleta, tomarse un crepe bajo la torre Eiffel, o sacarse una foto con el dedo hacia arriba en el Coliseum romano?
Ten en cuenta el idioma. Si no hablas nada de inglés tendrás problemas para manejarte por casi cualquier país menos Latino América. Si viajas a china, buena suerte hables inglés o no. Instala un traductor en tu teléfono.
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7. Opciones de transporte
La esencia del mochilero es viajar por lo que es importante investigar sobre las opciones de transporte en ese país.
Infórmate de antemano sobre los viajes de largo recorrido que tengas que hacer. Ten presente que los tiempos han cambiado, y aquellas pechadas tan quijotescas, en autobús de 24 horas, son fácilmente evitables gracias a las aerolíneas de bajo coste.
Hay países donde moverse en transporte público es muy escaso o está en muy malas condiciones. Por ejemplo, en países como Pakistán o Afganistán acabarás pagando por conductores privados para moverte a cualquier sitio.
Hay países donde la conducción no es para todo el mundo, y tendrás sobresaltos cada cinco minutos. En algunas carreteras de Bolivia sentirás que se te encoge el corazón cada vez que las ruedas del autobús derrapan en la gravilla, al borde del precipicio. En Guatemala me tuve que bajar muchas veces de furgonetas locales por miedo a tener un accidente. Si tu corazón no aguanta sobresaltos tenlo en cuenta a la hora de elegir tu destino.
También puedes consultar el precio de alquiler de coches o motocicletas. En lugares como Bali, Vietnam (a pesar de ser ilegal) o Tailandia puedes alquilar una motocicleta fácilmente, lo que te dará libertad para explorar sin límites.
8. Respeta tus habilidades físicas
Ser mochilero requiere cierta condición física, y muchos destinos pondrán tu cuerpo al límite.
Para disfrutar de amaneceres únicos tendrás que subir templos con mil escaleras, para ver orangutanes tienes que cruzar junglas infestadas de sanguijuelas, y en ciudades como Kuala Lumpur acabarás dando 25000 pasos.
Hasta en destinos playeros como Tailandia, he visto jubilados ingleses, viajando colgados a pulso de un mini bus, para llegar a la playa de Phuket.
Elige un destino apropiado para tus condiciones físicas. Hay ocasiones en las que cierta aventuras se convierte en una tortura por subestimar el destino. Por ejemplo, no pretendas llegar al campamento base del Everest, si nunca has subido una montaña. Si quieres bucear en las Maldivas y no sabes nadar, ¿qué crees que va a pasar cuando llegues allí?
Entrénate y prepárate para tu destino.
No te limites, pero se realista. Busca alternativas. Hace años decidí cruzar los Andes con un esguince de tobillo.
La ilusión obnubiló mi sentido común y me lancé a la aventura.
La experiencia fue maravillosa pero mi tobillo solo aguantó tres jornadas de las cinco pagadas. Si hubiese sido realista, para evitar problemas de tobillo, hubiese gastado aquel dinero de la montaña en hacer submarinismo en las Galápagos.
Los foros no tienen la última palabra. En muchos foros encontrarás información sobre la dificultad de ciertas atracciones. Créetelo y no te lo creas. En muchas ocasiones, he leído comentarios sobre ciertas actividades que asustarían a Jesús Calleja (aventurero español).
Luego llegas allí, y te encuentras un paseíto para críos. Es mejor que consultes videos de YouTube que te darán una idea más visual de cómo es el lugar.
9. Personalidad del país
En muchas ocasiones elegimos un país por el colorido de las fotos que vemos en Instagram, o por sus monumentos magníficos. Sin embargo, la cultura, la religión, las tradiciones, o la personalidad del país son factores que determinarán si amamos u odiamos ciertos destinos.
El ejemplo más obvio es India, donde viajar es relativamente sencillo, pero el ataque a los sentidos es tan extremo que no llega a convencer a muchos mochileros.
O la amas o la odias.
Recuerda que hay muchos países donde las mujeres no pueden llevar una camiseta de manga corta, e incluso se les mira mal por no cubrirse el pelo. ¿Es esto un factor excluyente para ti, o no te importaría hacerlo?
También hay países donde la prostitución o la indigencia son tan aparentes que hay que tener estómago para soportarlo, y acabamos echando pestes, o con el corazón roto tras cada esquina.
En algunos países veras que el maltrato animal es parte de la vida diaria, y tan solo tienes dos opciones. O miras hacia otro lado, o tienes una bronca cada cinco minutos.
A mí me resulta incompresible cuando la gente tira bandejas con restos de comida por la ventana del autobús cuando tienen una papelera delante. Se lo dices educadamente y siguen haciéndolo. ¿Qué otra cosa puedes hacer?
Recuerda que eres un invitado en su país y como tal debes respetar sus costumbres. Te guste o no.