Me gustaría decir que mochilear es sinónimo de felicidad, pero la RAE describe felicidad como: Ausencia de inconvenientes o tropiezos. Y todos los que hemos viajado sabemos que cuando mochileas esto es imposible.
No hablo de grandes problemas sino de pequeños inconvenientes que siempre surgen con la aventura. Nadie viaja en una alfombra mágica sino en autobuses que pinchan en medio del desierto de Atacama. Nadie viaja con una bolsa llena de monedas de oro sino con un presupuesto limitado, y una tarjeta que a veces no da dinero.
En mi opinión una aventura sin obstáculos es como un café sin azúcar. Te calienta el alma y levanta el espíritu, pero esta un poquito amargo.
Ser mochilero significa ser feliz con tan solo una mochila a la espalda, pero también significa sortear obstáculos e imprevistos.
Sentir que eres imparable y sonreírle al destino. Ese es el secreto para disfrutar tu aventura. Sonreír pase lo que pase y una cucharadita de azúcar para endulzar la aventura.
En este artículo te damos consejos para disfrutar tu viaje con una sonrisa y abordar cualquier situación de una forma más positiva y que el azúcar no se derrame encima de la mesa.
1. Sé un mochilero feliz
Una pregunta muy común en todos los fórums mochileros es: ¿cómo ser mochilero?
La respuesta corta es bastante simple: comprate una mochila, tira un dardo en un mapamundi y reserva un billete de avión. El resto resulta bastante natural, igual que todos los niños aprenden a andar, todos los mochileros aprenden a viajar.
Sin embargo, la pregunta debería ser: ¿cómo ser un mochilero feliz? Porque ninguna experiencia vale dos duros sino la sabemos disfrutar.
No seas tan solo un mochilero que se ha colgado una mochila a la espalda, y vagado de albergue a albergue sin haber dejado huella.
No seas un cafe sin azucar.
Presume de haber disfrutado de todos los países a los que has viajado, de haber conocido mucha gente, de haber vivido experiencias enriquecedoras, de haber pasado algunos malos momentos, pero también de haberlos sabido superar sin perder la calma y aprendido una lección.
Sé un mochilero feliz.
2. Tómalo con calma los primeros días
Todo mochilero ha experimentado el choque cultural alguna vez.
Ya sea cuando descubres que no hay papel del váter en un hotel marroquí o cuando ves a niños limpiando zapatos en las calles de México. Los primeros días de adaptación a una nueva cultura marcaran tu futura percepción de ese lugar.
Se flexible y no juzgues.
Tómatelo con calma.
Hay gente que desarrolla tanto “odio” en los primeros días que nunca podrán disfrutar ese país pase lo que pase. El ejemplo más clásico es India. La amas o la odias. Te aseguro que esos sentimientos contrapuestos se pueden gestar en los primeros días.
3. Siéntete afortunado y respira profundo
Viajar a Machu Picchu era tu sueño y llevas años ahorrando para cumplirlo.
Ahora que estás allí te estas quejando porque está nublado, porque es imposible sacar una fotografía sin turistas detrás, porque te pesa la mochila y porque tienes una ampolla en el dedo gordo. Relájate un momento y respira profundo.
Recuerda la ilusión que tenías por ir y siéntete afortunado.
4. No te enfades por cualquier cosa
Durante un viaje mochilero vas a tener mil oportunidades para enfadarte.
No lo hagas.
Atesora los enfados como el buen vino (un vasito al año por Navidad) y guárdalos para cuando merezca la pena.
Enfádate, si te roban el pasaporte, la cartera y la cámara como a mi amigo en Indonesia, pero no te pegues patadas a la pared como él, te rompas el pie y te caigas por las escaleras.
Si la comida tarda una hora porque has pedido Sushi en un restaurante italiano, tómatelo con calma y aprende la lección.
Muchas veces el ritmo de vida de otros países, o su forma de hacer o ser, nos desespera. Estoy de acuerdo, pero recuerda que es parte de la experiencia y que algún día lo recordarás con cariño y una sonrisa en los labios.
Insisto, no te rompas el pie como mi amigo de Cartagena.
5. Se curioso como un bebé
Viajar es una experiencia enriquecedora y educativa, sobre todo cuando visitamos otras culturas.
Se curioso, haz preguntas, escucha, abre los ojos y se juguetón.
Explora con todos los sentidos. Por favor, si estas en India no pidas una pizza hawaiana. Sé aventurero, y por una vez en la vida, pide pollo tandoori o curry.
Sal de tu zona de confort e imita a los locales. Ponte un gorro de lana andino, o siéntate en un bordillo a comer.
Archivar experiencias es muy importante. Ser mochilero no solo significa visitar monumentos.
6. Abraza la aventura
Si mochilear fuese un paseo por el parque cualquiera lo podría hacer.
No digo que haga falta ser un boina verde pero sí que hay que estar preparado para esperar lo inesperado. Puede que el taxista te deje en un hotel equivocado en el quinto pino a las tres de la mañana. Igual el cajero no te da dinero y no tienes dinero ni para un bocadillo. Puede que pierdas el pasaporte o puede que tu mejor amigo se ponga enfermo.
Ser mochilero significa saber reaccionar ante las adversidades y no hundirse en un pozo de lamentaciones.
La aventura es la aventura. Abrázala y que no agríe tu viaje.
¿Cómo es la vida de los mochileros?
7. Disfruta el momento
Para que sirve ir a la playa y solo meter el dedo gordo en el agua. Mejor quédate en casa descansando los pies en una palangana con agua caliente y sal. Mientras, puedes ver un vídeo de viajes en YouTube.
Zambúllete en la aventura. Exprime cada segundo.
Comprendo que todos tenemos preocupaciones y limitaciones, pero ahora no es el momento.
Cierra los ojos, respira profundo y repite tres veces: “Voy a disfrutar el momento”.
8. Olvídate del Whatsapp y del teléfono móvil
Conocí a una amiga en Bali que dormía durante el día para poder charlar por las noches en Whatsapp con sus amigos de España.
¿Qué te parece?
El lado positivo es que ya nadie se siente solo en los albergues o en los chiringuitos de mochileros. Si nadie habla contigo sacas el teléfono, te aíslas en tu caparazón y pasas desapercibido.
Un aspecto importante de ser mochilero es interactuar con otros viajeros o con el camarero si hace falta. Eres tímido, introvertido o no hablas inglés. Da igual. Inténtalo. Sal de tu zona de confort. Por ejemplo, llévate una baraja de cartas y seguro que alguien querrá jugar.
Alojarse en un albergue mochilero: pros y contras
9. Invierte en experiencias y no en cosas materiales
Mi gran problema con comprar cosas durante los viajes es que hay que llevarlas en la mochila.
En unos de mis viajes cargué desde Ecuador a Brasil, durante tres meses, una chaqueta de lana y un poncho de alpaca. La verdad es que nunca me pusé ninguna de las prendas, porque lo que en Ecuador estaba de moda, en Inglaterra desentonaba demasiado. Incluso las vendían muy parecidas en Camden town.
La lección es que esos 60 dólares me los podía haber gastado en esquiar un día en Bariloche, hacer submarinismo en las Galápagos o adentrarme un poco más en la selva amazónica. Tu eliges.
¿Qué llevar en la mochila a un viaje mochilero?
10. Respeta tu cuerpo y date un gusto de vez en cuando
Mochilear es más duro de lo que parece.
Vemos amaneceres con legañas en los ojos, viajamos 20 horas en furgonetas sin poder estirarnos y llevamos la casa acuestas.
Mochilear es como meterse dentro de una lavadora gigante y darle a enjuagar. Hay momentos de cansancio extremo y créeme cuando digo que tu cuerpo a veces necesitará un descanso.
Ya sé que tienes un presupuesto limitado pero a veces un masaje no viene mal para resetear el cuerpo. Cuando tengas las pilas un poco descargadas olvídate del presupuesto y descansa en una habitación más cómoda.
Si tienes un viaje de autobús o tren muy largo por delante compra un billete en primera clase. O simplemente gastate 5 euros en el café más caro que encuentres. Tu cuerpo y estado mental lo agradecerán.
28 consejos para ahorrar dinero en un viaje mochilero
11. Salte de la ruta de los mochileros
Latinoamérica y el sureste de Asia son como un patio de parvularios para mochileros.
A veces hay tanto bullicio y movimiento que es imposible escuchar el ambiente original de los lugares. En estos “parvularios mochileros” es muy fácil perder el control de tu aventura o de la espontaneidad.
Todas las agencias te llevan a los mismos sitios y tan solo te tienes que preocupar de regatear por un par de dólares. Ni te has dado cuenta, pero tu aventura se ha convertido en un viaje organizado donde ves las mismas cara vayas donde vayas.
Si te sientes así, no dudes en salir de las rutas mochileras, aunque solo sea unos días.
Te aseguro que hay muchas gemas escondidas para los que se atreven a explorar. Lugares por descubrir que están olvidados no por su belleza sino porque la conexión de internet es lenta, los albergues son más básicos o no hay rutas principales de autobuses para llegar.
12. Piérdete en la ciudad e interactúa con locales
De acuerdo, salirte de la ruta mochilera es un poco complicado para ti.
Tu viaje está más o menos planeado y no te puedes desviar demasiado.
Pues piérdete en la ciudad. Coge un urbano y te bajas en la otra punta de la ciudad. Ciudades como Bangkok tienen mucho que ofrecer si sales de Khao San road.
Yo nunca lo he hecho, pero últimamente he visto muchos viajeros vlogueros que piden consejo en Instagram cuando llegan a una ciudad. A veces consiguen información «privilegiada» sobre bares, restaurantes, atracciones etc, y se juntan con un grupo de «amigos» para descubrir la ciudad.
Consejos para adaptarse a otras culturas en tus viajes
13. No seas un pollo sin cabeza
Cuando viajas estás fuera de tu ambiente habitual y cada día es una página en blanco.
Nuevos lugares, nuevos amigos, nuevos problemas. Hay que tomar decisiones constantemente porque el piloto automático está desubicado.
¿Dónde comer?, ¿Dónde me alojo?, ¿A dónde voy?
Ser mochilero requiere estar siempre alerta, aunque la situación o el lugar te sobrecoja. Por favor, no te pierdas por la noche en las callejuelas aisladas y oscuras de Marrakech.
Durante un viaje largo tendrás muchos imprevistos, pero si te organizas un poco podrás evitar inconvenientes innecesarios. No te olvides el pasaporte en la taquilla del albergue o la riñonera con el dinero debajo del asiento en el autobús.