Cómo superar el trauma postvacacional del mochilero

Según bajas del avión sientes un vientecillo fresco en las piernas. Cruzas los brazos y resoplas. Andas a paso ligero porque no quieres ser el último en llegar al control policial. El guardia civil te hace un gesto con la mano para que te acerques a la ventanilla. Es la primera vez en seis meses que no te sellan el pasaporte al entrar en un país.

¡Bienvenido a España!

Volver a casa suele ser duro. Aun así, hay muchos aspectos positivos como el abrazar a tus familiares, echar una partida de mus con los colegas, el sabor de la cocina casera, o dejar de esconder el dinero en la riñonera. De todas formas, seamos sinceros. Superar el trauma postvacacional del mochilero y volver a la rutina nunca es fácil.

Prepararse para la vuelta a casa

El shock cultural sucede también cuando vuelves a casa después de un largo viaje. Recuerda que la vuelta al trabajo, a los estudios, a la vida real siempre sale al encuentro en cuanto pisas el aeropuerto. Por eso, de la misma manera que planeaste tu viaje, deberías planear la vuelta cuando tu aventura esté llegando a su ocaso.

¿Qué cambios quieres realizar en tu vida?, ¿Qué has aprendido durante la aventura? ¿Cómo has crecido mental, espiritual y profesionalmente? ¿Cuáles son tus planes para el futuro?

El haber desconectado durante un tiempo de tu vida ordinaria te dará una nueva perspectiva de futuro y un vigor renovado. Afronta la vuelta a casa con actitud positiva y emplea todas esas lecciones y experiencias que has acumulado para construir la vida que te mereces y con la que siempre has soñado.

Trauma postvacacional del mochilero

Lo cierto es que es que todos somos siervos de una manera u otra y estamos subyugados por el ritmo de las sociedades modernas. Sin embargo, el mochilero experimenta la libertad absoluta que siempre va acompañada por la hormona de la felicidad. Se acabaron las noches observando las estrellas, las interminables conversaciones con otras “almas viajeras”, los subidones de adrenalina y esa curiosidad infantil al empaparte de una nueva cultura.

Viajar te trastoca la vida. Te hace despreciar el monótono horizonte que otros abrazan con tanta alegría. Por eso la mejor manera de superar el trauma postvacacional del mochilero es planear tu siguiente aventura.

Tan simple como eso. De nada sirve apoltronarse en el sofá y repasar memorias con los ojos perdidos en el infinito. No, no, no. Aprovecha la confianza y conocimientos que has acumulado para rellenar ese horizonte desolado con nuevas aventuras y retos.

Antiguamente era difícil mantenerse en contacto con otros viajeros con los que habías compartido el paraíso. Hoy en día eso ha cambiado y tus compañeros de aventuras están a un par de clics. Comparte con ellos tus nuevos hitos y así tendrás un motivo más para cumplirlos. Algunos de ellos seguirán viajando y escuchar sus historias pueden avivar esa hoguera llena de rescoldos que agoniza en tus entrañas.

En algunos casos, tal trauma puede convertirse en una ansiedad o depresión que no consigues superar. En ese caso deberías consultar con un médico o especialista. Igualmente hay enfermedades físicas que pueden volverse crónicas, como dolores de estómago, erupciones cutáneas, cansancio extremo, etc. Consulta con tu médico o clínicas especializadas en enfermedades tropicales.  

Solo los mochileros escuchan a mochileros

Michael Palin dio la vuelta al mundo en ochenta días para un documental de la BBC. Una aventura más difícil de emular en los tiempos modernos que en los de Phileas Fogg. Ya en Inglaterra de camino al London’s Reform Club se lo quería contar al revisor de billetes en el tren, al vendedor de periódicos y a todo el mundo con quien se cruzaba. Imagínate su frustración cuando se dio cuenta de que a nadie le interesaba su aventura. Estas son sus palabras:

Quiero decírselo al mundo. ¡Acabo de volver de Venecia, Atenas, Cairo, Bombay, Hong Kong, Shanghai!, ¡He navegado el canal de Corinto!, ¡Cruzado el Yangtsé y el Misisipi! Por favor déjame que te lo cuente. ¿O es que los circunnavegadores solo son interesantes para otros circunnavegadores?

Sir Michael Palin

Lo cierto es que es difícil encontrar a gente a quien contar tus aventuras. Por supuesto, la gran mayoría sienten curiosidad, pero no les resulta fácil comprender lo que has vivido y cómo te has sentido. Para alguien que solo ha experimentado la monotonía de un Talgo le es imposible concebir la experiencia hipnotizante de un tren en India; donde tan solo los chillos de “chai”, “chai”, chai” te sacan del trance.

Algunos se sentirán indiferentes y les dará igual que hayas cenado piraña en el Amazonas o que hayas dormido en una tienda de campaña rodeada de leones en el Serengueti. Les contaras todo tu repertorio y tan solo dirán: “Me alegro por ti”. También los hay que sentirán envidia. Piensa que mientras tú te tiraste a la bartola en todas las playas que encontraste desde México a Panamá, ellos estaban trabajando para pagar la hipoteca o las letras del coche. Por supuesto, contar tus aventuras ayuda con el “trauma postvacacional del mochilero”, pero tienes que aprender a leer a tu audiencia sino quieres llevarte una decepción. En mi experiencia tan solo mochileros o futuros mochileros están interesados en tus historias de viajes.

Consejos para superar el trauma postvacacional del mochilero

Hay muchas cosas que se pueden hacer para afrontar la «monotonía» de la vida después de una gran viaje, pero lo más importante es mantener vivos los rescoldos de la aventura mientras aguanten. No tengas prisa por apagarlos. Disfruta del calor que emiten hasta que se consuman del todo. Lo que no queremos es que llegar al aeropuerto sea como apagar una hoguera con un vaso de agua fría. ¿Qué necesidad hay? Aquí van algunos consejos para mantener la llama de tu aventura viva, evitar traumas innecesarios y soñar con nuevas aventuras al calor de los rescoldos del pasado.

  • Ahora lo tienes todo fresco en la mente y escribir un diario, un blog o un libro sobre tu viaje puede ser una gran opción para revivir la experiencia.
  • Si escribir no te motiva, puedes marcar en la guía los puntos más recomendables de tu viaje: hoteles, restaurantes, actividades, etc. ¿Quién sabe?, igual algún amigo se entusiasma con tu aventura, decide emularla y tus notas puedes servirle de “apuntador”.
  • Ordenar facturas, folletos turísticos, etc. Yo aún guardo algunos recibos de mis viajes y siempre que los veo me arrancan una sonrisa.
  • Mientras estabas viajando no tenías tiempo para ello, pero ahora podría ser un buen momento para escribir reseñas sobre los albergues, restaurantes o tours que tanto disfrutaste.
  • Selecciona las mejores fotos o videos y crea un álbum, un vlog o un PowerPoint. Algo visual para enseñar a tus amigos. No dejes que tu viaje sea solo una chincheta en el mapamundi de la pared o un sello en el pasaporte.
  • Cuando estabas en Indonesia desayunabas Nasi Goreng todos los días y te encantaba. Busca la receta en YouTube y cocina tus platos favoritos. Estimula el olfato, el gusto y rememora aquel placer tan lejano y a la vez familiar.
  • Como ya he comentado en otros artículos uno de mis pasatiempos favorito es ver canales de viajes en YouTube sobre antiguos y futuros destinos.

Como dijo Shakespeare,

“El pasado es un prólogo”

Shakespeare

Eso debería ser tu viaje. Un prólogo. Un conjunto de experiencias memorables y lecciones aprendidas para el siguiente acto. La mejor forma de combatir el trauma postvacacional del mochilero es dejando que la luces siguen iluminando el escenario, aunque el telón este desplegado.

¿Qué llevar en la mochila a un viaje mochilero?

Categories: Mochileros
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