Comprar una guía de viaje o no

Internet estaba en pañales cuando decidimos coger la mochila por primera vez.

Google ni siquiera había nacido. Así que lo primero que hicimos fue quedar a tomar un café con el amigo de un amigo que había estado en India.

Llevamos bolis, un cuaderno, la guía de viaje de Michelín y un mapa de la biblioteca.

 “¿Por qué no compráis una Lonely planet?” Nos preguntó con una sonrisa. “

¿Qué es eso?” Pregunté yo.

“La biblia del viajero.” Me contestó.

Y realmente lo era. Fermín y yo viajamos con tres guías: la Lonely planet, la guía del trotamundos y una guía Michelín que nos regalaron en la tienda del Coronel Tapioca.

Adivina qué dos se quedaron en el fondo de la mochila durante todo el viaje.

Éramos novatos, y ni siquiera hablamos inglés, pero no había nada que necesitáramos saber que no estuviese en la guía. A decir verdad, casi nadie iba a hoteles que no estuviesen recomendados por la guía.

Por eso cuando llegabas a ciertas calles, donde se suponía que estaba el hotel recomendado, te encontrabas con cinco hoteles que se llamaban igual, y todos tenían un letrero en la puerta que decía “recomendado por Lonely Planet”.

En todos mis viajes he usado guías, ya sea Lonely planet o Rough guides, y mi último viaje a Malasia e Indonesia no fue una excepción.

Sin embargo, conocí muchísimos mochileros que llevaban meses viajando sin más guía que Google y YouTube en el teléfono móvil.

¿Se puede viajar sin una guía de viaje? La respuesta rápida es que sí, pero hay varios factores que deberías tener en cuenta antes de tomar una decisión.  

¿Cuánto cuesta una guía de viaje?

El precio de las guías varía dependiendo del destino.

Si compras la de India te dan un ladrillo de medio kilo que por supuesto cuesta más que la guía de Barcelona. Digamos que las guías pueden costar entre diez y veinticinco euros.

Algunas editoriales como Lonely planet las venden en formato digital pero aún así no la compraras por menos de diez euros. A mí me gusta comprar el formato impreso y cuando vuelvo del viaje suelen estar descoloridas y las paginas un poco dobladas.

Tengo una estantería solo para mis guías. Las considero mis pequeños trofeos a los que no hay que sacar brillo y cada vez que las veo me traen mil recuerdos. Y eso no tiene precio.

¿Dónde comprar guías de viaje?

Hoy en día puedes comprar las guías de viajes online o yendo a una librería. Me da igual que la compres en Amazon, el Corte inglés o en la casa del libro.

Todos te van a dar el mismo libro.

Sin embargo, si la compras directamente desde la página web de Lonely planet encontraras grandes ventajas sobre todo si la compras en inglés. Como ves en el pantallazo, por un poco mas la puedes comprar en formato digital y tapa dura.

De esta manera puedes llevar la guía en la mochila, en el Kindle y en el teléfono móvil. Incluso para viajes más cortos puedes comprar capítulos del libro.

En el año 2000 yo perdí mi guía de viaje en Machu Picchu.

En aquellos años era una catástrofe. Me sentía como un barco sin timonel. Tuve suerte y encontré una librería en Cuzco que la vendía.

Yo sabía que el precio recomendado era 12 dólares pero en aquella librería habían puesto una pegatina que decía 25 dólares. Era imposible encontrar aquella guía en ningún otro sitio de Cuzco y el tipo lo sabía. Regateé y regateé pero el librero no llegó a razones.

Al final pagué los 25 dólares.

Hoy en día si pierdes la guía siempre puedes comprar la versión digital (si está disponible) y ahorrarte la «extorsión».

Si ya estas viajando pregunta en los albergues. A veces tienen guías pérdidas de otros viajeros y te las pueden vender. También en algunas cafeterías muy frecuentadas por mochileros puede que encuentres alguna guía de segunda mano que te saque del apuro.

Una forma de conocer gente

Os voy a contar un secreto.

La guía de viaje me ha ayudado a entablar conversación con muchos viajeros y por eso siempre la compro en inglés.

Creo que todos estamos de acuerdo cuando digo que la forma más fácil de conocer a otros viajeros es preguntando: ¿Where are you from?

Pues bien, hazme caso cuando te aseguro que otra forma efectiva de romper el hielo es: ¿Can I borrow your guide for a second?

A mí me la han pedido muchas veces y por eso prefiero comprarla en inglés.

Es así de fácil. Ahora ya tienes un amigo con el que compartir rutas, consejos, albergues, etc.

Para dormir mejor

La guía es un tostón y después de leerla cinco minutos me quedo grogui. ¡No! Es broma. Me explico. A veces tienes que dormir en literas de trenes, o en tienda de campaña o en la cuneta después de una avalancha que bloquea la carretera.

En esos casos, yo envuelvo la guía con una chaqueta y la uso de almohada. Y esto no es broma.

No tengo tiempo para leer reseñas

Las guías están escritas por profesionales que llevan años viajando, pasan un tiempo en la misma zona y pueden comparar la calidad de los establecimientos.

En todos mis años de mochilero tengo que admitir que no me he llevado grandes sorpresas cuando llegó a un hotel o restaurante elegido en la guía. Sin embargo, cuando uso páginas web como tripadvisor, Agoda o Hoteles, etc., me paso horas leyendo comentarios contradictorios.

Al final me cuesta el doble decidirme y la mayoría de las veces sé que mi elección va a ser como una caja de bombones: “Nunca sabes lo que te va a tocar.”

Con esto no le quiero quitar valor a esos buscadores porque yo también los uso. Sin embargo, suelo elegir un hostel en la guía y luego lo cotejo en las páginas web para leer los comentarios más recientes.

Comprar o no comprar. Esa es la cuestión

Yo nunca planeo mis viajes y admito que solo ojeo algunos apartados en la guía de viaje antes de llegar a mi destino: itinerarios, highlights, salud y clima. 

Prefiero no investigar demasiado, que mi mente sea un lienzo en blanco. Por eso la guía es perfecta.

Porque me proporciona la información justa para poder garabatear mi propia aventura. Si ves demasiados videos en YouTube grabados con 8k y con imágenes espectaculares de drones, o has babeado sobre fotos idílicas en Instagram, tu viaje ya está plasmado en tu mente antes de salir de casa. No. Así no me gusta viajar.

Llamarme romántico, llamarme dinosaurio, pero yo sigo comprando la guía.

Y a una mala siempre la puedo usar de almohada.

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