Durante un viaje mochilero te enfrentarás a la elección de alojarte en decenas de albergues. De algunos te marcharás cargado de recuerdos positivos mientras que de otros no verás la hora de partir.
Elegir el mejor albergue no es una ciencia exacta, sino que depende de una serie de factores casi siempre impredecibles, como los viajeros alojados en ese momento, los ronquidos de la litera del fondo, la energía positiva del ambiente, o incluso el recepcionista de turno que no para de pedir silencio.
Como ves, no hay una regla de oro para elegir un albergue, pero sí hay detalles que puedes tener en cuenta para aumentar las posibilidades de vivir una experiencia inolvidable en tu próximo albergue.
Aquí te dejo algunos consejos para ayudarte a elegir el mejor albergue durante tu aventura mochilera.
1. Establecer unas línea rojas
Cada viajero tiene unas preferencias y presupuestos diferentes, pero es importante que todos tengamos unas líneas rojas que nunca cruzaremos.
Unos mínimos de calidad que nos ayuden a elegir un albergue sin exponer nuestra seguridad, salud o bienestar.
Me refiero a nunca alojarse en un hostal situado en una zona peligrosa, dormir sin mosquiteras en zonas de malaria, o compartir dormitorio con 16 personas.
Se me ocurren muchos más ejemplos, pero lo importante es que tú pongas tus propios límites con los que estés cómodo.
2. El albergue más barato no siempre es el mejor
A la hora de buscar albergues, es muy normal sentir la tentación de optar por la opción más económica. Esto puede ser una estrategia válida si nuestro presupuesto no da para más, o si lo único que necesitamos es poner un techo sobre nuestras cabezas.
Sin embargo, si estamos buscando una experiencia más completa, un albergue donde podamos disfrutar de amenidades, de una cama sin chinches, o una zona compartida donde jugar al ping pong, puede que tengamos que estirar el presupuesto un poco y ajustar los filtros de búsqueda para dar prioridad a una mejor relación calidad precio.
Hostelworld es mi buscador favorito a la hora de reservar hostales. Te permite ordenar los resultados por precios y aplicar filtros como puntuación o servicios disponibles. Esto facilita la búsqueda de un albergue que se adapte a nuestro presupuesto y preferencias, sin comprometer la calidad de nuestra estancia.
3. Ubicación: conveniencia, masificación y seguridad
Conveniencia. A menudo, los albergues más económicos se encuentran en la periferia de la ciudad. Esto puede tener un inconveniente: lo que te ahorras en el albergue te lo gastas en transporte. Por eso, antes de reservarlo, intenta ubicarlo en el mapa para calcular el tiempo y dinero que te costará viajar a los lugares que quieres visitar.
Distritos mochileros. En algunas ciudades hay distritos para viajeros donde se concentran la mayoría de los albergues. Lo positivo de estos rincones artificiales es que no tendrás problemas para encontrar restaurantes, bares de marcha, oficinas de cambio de moneda, y reservas de tours. Tu decides si prefieres alojarte en un barrio menos turístico (donde los precios estarán menos inflados) o si no te importa sentir el universo mochilero en la puerta de “casa”.
Seguridad. Te alojes donde te alojes, para mi el factor más importante relacionado con la ubicación es la seguridad. Me refiero a la iluminación del área, al acceso al hostal, existencia de seguridad en la zona, reputación del área o individuos sospechosos que merodean por la zona. Son detalles que te generarán preocupación, elevarán el ritmo de tu corazón y harán sentir vulnerable. Yo siempre evito estos albergues. Y haberlos haylos.
4. Hora de check in and check out
No hay nada más agotador y frustrante que llegar a un albergue, a las 8 de la mañana, después de un autobús nocturno de 12 horas a través de los Andes, y que te digan que tienes que esperar hasta las 3 de la tarde.
Esto no pasaba antiguamente cuando los mochileros llegábamos a la puerta del albergue preguntando por habitación. Si te decían que no, te ibas al siguiente albergue en la lista. Hoy en día, la mayoría de las reservas se hacen de antemano online, por lo que no tienes más remedio que aceptar sus condiciones.
Llama al albergue antes de reservar, o mandales un correo electrónico para saber si tienen algo de manga ancha, si puedes dejarles las mochilas, si te dejarán tumbarte en una hamaca… O simplemente, si la recepción estará abierta antes de las 12.
5. Amenidades y toque de queda
Algunos albergues presumen de una pequeña piscina, otros de una terraza con vistas panorámicas, algunos de un patio lleno de hamacas colgantes y muchos de una cafetería. Cada albergue es distinto pero el hecho de haber un lugar de esparcimiento es algo positivo.
En estos espacios comunes es donde sucede la magia, donde compartimos nuestras aventuras y verbalizamos nuestros sueños. Lo cierto es que estos lugares de reunión incitan las veladas mochileras que son un lugar excelente para conocer a otros viajeros y conseguir compañeros de viajes.
Incluso, algunos albergues organizan actividades como clases de yoga, de baile, cocina local o clases de español. Aprovecha estos escenarios para presentarte en “sociedad”. No te escondas en un rincón con tu teléfono móvil o portátil.
A mí me encantan este tipo de albergues, pero también es cierto que tienden a ser más ruidosos. Imagínate un grupo de viajeros, bajo el mismo techo, con pocas ganas de irse a dormir y muchas ganas de cháchara. Por eso, si eres de los que prefiere acostarse pronto como las gallinas, este tipo de albergues puede que no te convengan, a menos que haya un horario de silencio.
Y no basta con que la haya, sino que se respete.
6. Albergue 360: todo en uno
Hay albergues donde te entregan la llave de la habitación envuelta en folletos con excursiones, actividades y cupones de descuento. Y por un módico precio también te cambian moneda, ofrecen una tarjeta sim, te lavan la ropa, te sirven desayuno y ponen a tu disposición un espacio de trabajo.
Si bien estos albergues integrales son muy convenientes para el viajero fatigado, pueden representar una jaula trampa para el viajero incauto o comodón, que se deja tentar por las explicaciones de la recepcionista. Puede que el servicio sea excepcional, pero en muchos casos cobran una comisión que sale de tu bolsillo.
Hagas lo que hagas, no dejes de explorar tu destino, sal del albergue, compara precios, atrévete a comer en el restaurante de la esquina. No dejes que el brillo de tu albergue oculte el arco iris en el cielo.
7. Empleados de confianza
Al igual que las instalaciones, los empleados del albergue son una parte fundamental de la experiencia. Por ejemplo, en muchas ocasiones, necesitarás información, y su disponibilidad o honestidad a la hora de ayudar, puede tener un efecto en tu aventura.
Aun recuerdo, cierto albergue en Indonesia, donde el recepcionista nos reservó un taxista que solo buscaba aprovecharse de nosotros. Resultó que esta situación se había repetido muchas veces, y si hubiese leído las reseñas de otros viajeros de antemano, nos hubiésemos ahorrado una discusión.
Por lo general, los empleados de los albergues suelen ser personas de confianza, pero a veces, encontrarás tipos con mucha escuela, lobos disfrazados de corderitos, que solo busca sacarse un sueldo extra. Utiliza tu sexto sentido para identificarlos y no olvides mencionarlo en tus reseñas para prevenir a futuros viajeros.
8. Baños y limpieza
La limpieza especialmente en los baños compartidos o en las literas, es otra de las líneas rojas que no me gusta cruzar.
Con los años me he alojado en cientos de albergues y te aseguro que he visto de todo. Desde duchas con cables pelados que chisporrotean cuando te duchas, pasando por plagas de chinches que corretean por el colchón y ratas enormes husmeando la comida en la cocina, hasta serpientes venenosas en la taza del váter.
Puede que caiga en la trampa la primera noche, pero en cuanto pueda cambio de albergue.
La limpieza de un albergue suele ser aparente a primera vista, pero a mí me gusta fijarme en si hay una hoja de rota horaria o diaria en la puerta del baño. De esta manera sabes que el baño estará mantenido limpio durante todo el día.
Todo depende del destino, pero en los últimos años he visto que los albergues ofrecen un servicio cada vez mejor. Supongo que el sistema de reseñas hace mucho daño a los hostales que descuidan sus instalaciones y la limpieza.
9. Literas encapsuladas
Esta novedosa tendencia de dormitorios la encontrarás por todo el mundo. Hay mochileros que los aman y otros los evitan a toda costa. Tu percepción dependerá de tu estado de ánimo; podrás sentirte como una abeja feliz en su panal, o como un pobre mochilero en un sarcófago con wifi.
Por lo general estos albergues son modernos, están en buen estado y por ende ofrecen un buen servicio. Con esta disposición de literas la privacidad está servida, y para ser sincero en muchas ocasiones se agradece. Las literas están separadas por paneles y cortinas correderas que te permiten aislarte del entorno.
Además, dentro de estas cápsulas, encontrarás perchas, espacio para guardar tu mochila, espejo para acicalarse, iluminación adecuada, e incluso una televisión.
Si tú quieres, serás invisible. Una sombra detrás de una cortina. Podrás escribir en tu diario, leer un libro, chatear con tus amigos de vuelta en casa o llorar tus penas, sabiendo que nadie te molestara.
En mi caso, antes de reservar en estos albergues, me aseguro de que la cama sea lo suficientemente larga para mis casi dos metros, ya que no quiero sacrificar comodidad por privacidad. De la misma manera si no te sientes cómodo en espacios cerrados puede que este modelo quizás no sea el más adecuado para ti.
10. Taquillas, candados y video vigilancia
Aún recuerdo muchos albergues sin taquillas donde no había más remedio que dejar la mochila encima de la litera con todas tus pertenencias. Esto significaba que tenías que llevar el pasaporte, el dinero y tus objetos valiosos hasta a la ducha. Los tiempos han cambiado y todos los albergues disponen de taquillas, otra cosa es que sean seguras.
Hoy en día, la mayoría de los mochileros viajan cargados de electrónica, teléfonos móviles, portátiles o cámaras costosas. El botín es muy jugoso. Por eso, es importante que el albergue te inspire confianza y ofrezca ciertas garantías que te permitan relajarte.
Por ejemplo en algunos albergues, las taquillas se encuentran en las zonas comunes y hay cámaras de seguridad vigilando las 24 horas del dia.
Aun así, recuerda que llevar un buen candado y seguro de viaje son dos de los mandamientos de los mochileros.
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11. Seguridad y tranquilidad
En algunos destinos, que el albergue disponga de cierta seguridad es imprescindible, sobre todo si hablamos de zonas de marcha. En más de una ocasión he presenciado espectáculos en los que el mochilero de turno ha bebido más de la cuenta, y quiere seguir la fiesta en el albergue.
En estos escenarios y otros muchos parecidos, es cuando agradecerás la presencia de personal de seguridad, servicio de recepción las 24 horas, o medidas de control para garantizar el bienestar de todos los huéspedes.
La seguridad no se trata solo de proteger tus pertenencias, sino de crear un ambiente seguro para tener una estancia agradable, libre de incidentes.
13. Dormitorio o habitación privada
Muchos albergues disponen tanto de dormitorios como de habitaciones privadas. Esto es una gran opción que te puede permitir mejorar tu régimen de estancia si te apetece.
También es perfecto para viajeros como los flashpackers que manejan un mayor presupuesto, o para parejas de mochileros que prefieren tener más privacidad por un poco más de lo que pagarían en el dormitorio.
Puede que alojarnos en un hotel o Airbnb nos costaría lo mismo, pero alojarse en un albergue tiene algunas ventajas como el ambiente social, las amenidades, y compartir información con otros viajeros.
Alojarse en un albergue mochilero: pros y contras
Aquí tengo que admitir que cada día evito mas los dormitorios, puede que sea una cuestión de edad o de comodidad. Aun así, cuando viajas en temporada baja y el número de viajeros es mínimo puede que no tenga sentido pagar dinero extra por una estancia privada.
A veces, también te verás en situaciones donde precisas descansar a pierna suelta, necesitas algo de privacidad, no te sientes a gusto con otros huéspedes, o quieres darte el gustazo. En estos casos, yo elegiría una habitación privada a pesar del precio.
No te olvides de incluir este tipo de situaciones en tu presupuesto para evitar dudas, sufrimientos o remordimientos.
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14. Mochileros o nómadas digitales
En los últimos años un nuevo tipo de viajero ha llegado a los caminos. Son los nómadas digitales. Profesionales que recorren el mundo trabajando desde su ordenador. Tan solo necesitan una buena conexión de internet y disponen de gran libertad para elegir destinos a los que llamar hogar durante un tiempo.
Por lo general, son viajeros con un mayor poder adquisitivo que el típico mochilero, y muchos albergues han cambiado sus estrategias e infraestructura para atraerlos. Hablamos de albergues que presumen de conexiones de internet ultrarrápidas, salas de trabajo, comida y bebidas orgánicas (a precios inflados) y organizan eventos enfocados a estos trabajadores remotos.
Como ves este ambiente, sin ser muy diferente al universo mochilero, ya que incluye un ingrediente viajero, está más enfocados a trabajadores remotos que buscan conexiones profesionales y prefieren hablar de cómo empezar una startup que compartir consejos sobre la mejor la manera de viajar a Machu Picchu.
Estos albergues son excelentes y los nómadas digitales son muy interactivos, pero si lo que buscas durante tus viajes es desconectar por completo del trabajo o de los estudios, es posible que estos albergues sean como un jarro de agua fría.
14 ventajas y desventajas de ser un nómada digital
15. Reseñas y buscadores
En la era digital, las reseñas se han convertido en un recurso valioso para planificar tu estancia. Aunque no debes seguirlas ciegas, son un buen punto de partida para hacerte una idea general del albergue, y empezar a descartar las opciones menos convenientes.
Presta atención a comentarios recientes que destaquen posibles problemas como ruidos de construcción, mosquiteras con agujeros, averías en el aire acondicionado, duchas en mal estado o falta de seguridad.
Personalmente, yo empleo dos buscadores para encontrar albergues: hostelworld y booking. Aunque según en qué partes del mundo, es mejor usar Agoda o Hoteles.
Por lo general, hostelworld se destaca como mi opción preferida.
El buscador donde siempre encuentro las mejores ofertas y reseñas útiles de otros mochileros. Las reseñas se muestran de una manera comprensible y en ellas encontrarás información relacionada con: seguridad, empleados, limpieza, relación calidad-precio, ubicación, ambiente e instalaciones.
Si necesitas buscar por alguna palabra específica entre las reseñas, es mejor que utilices Booking.
Booking.comAun recuerdo, cuando la opinión de un experto de Lonely Planet era nuestro único punto de referencia para encontrar un albergue, pero hoy en día nadie subestima el poder de las reseñas. Y si las contrastamos con la guía de viaje , te aseguras de encontrar el alojamiento que mejor se adapte a tus necesidades y expectativas.
Conclusión
Durante un viaje mochilero, deberemos elegir entre decenas de albergues. Es cierto que todos tienen su encanto (algunos menos que otros), por lo que a veces es difícil predecir cuál será tu favorito.
Recuerda que, en muchas ocasiones, la personalidad del albergue depende de los viajeros que se alojen allí en ese momento.
La seguridad es la máxima prioridad para todo mochilero, por lo que es importante establecer ciertos criterios de antemano para evitar decisiones apresuradas. Cada albergue es una sorpresa, pero con los consejos de este artículo, intentamos minimizar las experiencias negativas.
Recuerda que tus vivencias en los albergues son una parte fundamental de tu viaje mochilero. Aprovecha la oportunidad para conocer a otros mochileros, adaptarte a situaciones inesperadas y disfrutar del momento, independientemente del albergue en el que te encuentres.
Y, sobre todo, evita aquellos en los que haya serpientes en la taza del inodoro, te lo digo por experiencia.