10 maneras de motivarse para emprender un viaje

A veces no solo necesitamos tiempo y dinero para emprender un viaje.

Necesitamos motivación.

Estar motivado es crucial para viajar. Necesitamos esa chispa que enciende la llama de la aventura y nos impulsa a salir de nuestra zona de confort.

Para mucha gente, el mero hecho de pensar en toda la logística relacionada con un viaje es un suplicio. Para otros pasar 10 horas en un avión es una tortura. Y otros se sienten como un pez fuera del agua con tan solo salir de su ciudad.

También hay viajeros que llevan mucho tiempo en la carretera y necesitan un descanso de cataratas perdidas en medio de la jungla, monumentos milenarios y ciudades por explorar. A mí me sucedió durante un viaje por el Sureste de Asia.

Llegó un momento en que todos los lagos eran iguales, todas las cumbres similares y la llama de la aventura dejó de calentar mi corazón.

Necesitaba un descanso y lo encontré en India, Rishikesh. Allí entre yoga, meditación y conversaciones con otros viajeros recobré la motivación para viajar.

Ya sea que estés planeando un viaje o ya estés en la carretera, es importante encontrar maneras de mantenerse motivado. En este artículo te doy 10 consejos para encontrar (o no perder) a tu compañera indispensable de viaje: la señorita motivación.

1. Elegir un destino emocionante

Hay viajeros ya muy curtidos que tiran un dardo al mapamundi y dejan que la suerte dicte su próximo destino.

Otros se detienen a ver las fotos frente a las agencias de viajes.

 En mi caso, veo videos de YouTube para buscar nuevos destinos.

Todos tenemos un destino en mente, un sueño por cumplir; algún lugar que hemos visto en un documental, en una revista, o que ha despertado nuestro interés tras hablar con un amigo.

Ese es el primer paso hacia la aventura: encontrar un destino que nos haga tilín.

Si te resulta complicado despertar tu alma viajera, te recomiendo uno de mis libros favoritos de las guía Rough: make the most of your time on earth. En este libro puedes encontrar 1000 experiencias de viaje para las que necesitaríamos vivir 5 vidas. Ya seas un viajero empedernido o simplemente vayas de vacaciones a Torrevieja cada año, en este libro encontrarás inspiración, sí o sí, para empezar a planear tu viaje.

¿Cómo elegir tu destino mochilero?

2. Investigar sobre el destino

Tener un destino en mente no es suficiente para empezar un viaje al igual que una chispa no sirve para mantener un fuego encendido. Necesitamos madera.

Por eso, una vez que sabemos dónde queremos ir, tenemos que buscar información que mantenga viva la llama de la aventura.

Investiga sobre la cultura, la historia, la comida y las actividades que se pueden realizar en ese destino. Cuanta más información tengas, más te motivará la perspectiva del viaje.

A mi me gusta leer literatura de viajes, colecciones como las de Javier Reverte, sus trilogías sobre áfrica o centroamérica son grandes fuentes de inspiración.

3. Trazar itinerarios irresistibles

Una vez que recolectamos información, nuestra aventura empieza a tomar forma. Ya podemos empezar a diseñar itinerarios que incluyan lugares y actividades que nos entusiasmen.

Por ejemplo, antes de un viaje que hice por centro América, preparé una lista con 25 lugares imprescindibles. Lugares que no me quería perderme como Palenque en México, Tikal en Guatemala, el parque nacional Corcovado en Costa rica o bocas del toro en Panamá. De mi lista inicial acabé visitando 23.

En esta lista puede incluir metas personales, puntos culturales, naturaleza apabullante o nuevas experiencias como hacer parapente en Georgia o visitar unas bodegas de vino en la Rioja.

Este proceso de planificación no solo agrega estructura a tu viaje, sino que también te brinda la emoción anticipada de lo que está por venir.

4. Cuéntaselo a todo el mundo

A veces, un plan en un papel es solo eso. Un papel que acumula polvo en un cajón del armario durante años.

Para evitar que esto suceda, comparte tu aventura con toda tu familia, con tus compañeros de trabajo y con el camarero del bar de la esquina. Reserva tus vacaciones para esas fechas. Que lo sepa el mundo entero. Verbaliza tu viaje y manda vibraciones al universo hasta que se haga realidad.

Que no haya excusa para dar marcha atrás, de modo que cada vez que alguien te pregunte por tu viaje, no tengas más remedio que sacar el papelito del cajón del armario.

5. Ahorra para tu viaje

Ahorrar para tu viaje, saber que estás trabajando hacia un objetivo, puede ser un gran motivador.

Significa que hay un inversión personal antes de la aventura. Incluso puede que tengas que privarte de algunos “vicios”, o trabajar horas extras para pagar ese billete de avión a la otra «esquina» del mundo.

Yo tuve que trabajar durante seis meses, todos los fines de semana, en la oficina de correos para pagar mi viaje a Centro América. Tenía un objetivo en mente, y durante las largas horas seleccionando cartas, solo pensaba en la recompensa final a mi sacrificio. Después de aquel esfuerzo, ¿crees que me faltó motivación para colgarme la mochila?

Rolf Potts en su libro “Vagabonding:el arte de viajar por el mundo” menciona que los viajeros que han trabajado duro para hacer su sueño realidad viven una experiencia de viaje más gratificante. Para ellos el viaje empezó mucho antes de montarse en el avión, y ese esfuerzo añade un valor significativo a la experiencia.

6. Establece fechas límite

Hay aventuras que se nos hacen cuesta arriba. Siempre tenemos una excusa para posponerlas: la boda de fulanito o la comunión de menganito…

Establecer fechas límite puede ser la clave para convertir nuestras aspiraciones en realidades palpables. Al marcar el calendario estamos definiendo un compromiso con nosotros mismos, una promesa de hacer realidad ese viaje que nos ronda por la cabeza.

Ya no se trata de una fecha, sino de una presión positiva que nos motiva a tomar decisiones: reservar un billete en Skyscanner, comprar una Lonely planet o pedir hora para ponernos las vacunas.

Es como si un reloj nos recordara constantemente que cada vez queda menos, que este sueño no se puede postergar, porque con cada tic tac nos acercamos más a cumplirlo.

7. Habla con otros viajeros

No hay hoguera que caliente más el alma viajera que una conversación con otro viajero.

Cuando hablamos con otro viajero las chispas saltan, el fuego crepita y el fuego toma distintas tonalidades. Hablamos de las cremaciones en Varanasi, de exploraciones en el amazonas o de las luces de neón en ciudades como Tokio.  

Tras estas conversaciones nuestro sueño deja de ser tan solo un destino en el mapa y empieza a tomar forma en nuestra imaginación.

Por eso cuando necesites avivar el deseo de explorar, busca a otros viajeros que ya hayan dejado sus huellas en el mismo sendero. Comparte historias, absorbe conocimientos y deja que su pasión por descubrir mundo ilumine tu camino y caliente tu corazón.

Si ya estas viajando puedes alojarte en albergues donde estas veladas mochileras nunca faltan. Si todavía no has partido, puedes contactar otros viajeros a través de Facebook, fórums viajeros o páginas dedicadas a tu futuro destino.

8. Aprende sobre la cultura local

Sumergirse en la cultura del destino al que planeas viajar aumentará tu entusiasmo por experimentarla en persona.

Puedes ver documentales, leer libros de historia o ver vídeos más actuales en YouTube. Puedes aprender sobre las tradiciones, la gastronomía o la historia del lugar. Todo este trabajo de investigación te ayudará a evitar el choque cultural y comprender la riqueza de tu próximo destino.

Consejos para superar el choque cultural en tus viajes

Puede que te interesen la cultura masai en África, los secretos milenarios de los Yoguis en India o la diversidad natural de Costa Rica. Sea lo que sea, recuerda que la verdadera magia del viaje se encuentra en la motivación constante por descubrir, aprender y conectar con el mundo que te rodea.

9. Aprende un nuevo idioma

Si en tu destino se habla un idioma diferente al tuyo, aprender algunas frases básicas puede generar entusiasmo y prepararte para la interacción con los locales.

Cuando yo viajé a Inglaterra por primera vez no lo hice para visitar el palacio de Buckingham o hacer compras en Camden Town, lo hice para practicar el poco inglés que había aprendido en el colegio.

Algo parecido les sucede a muchos viajeros cuya única motivación por visitar ciertos destinos es poner a prueba los resultados de sus esfuerzos.

Así que, no dudes en empezar a aprender esas primeras frases o a perfeccionar un idioma. Recuerda que el aprendizaje de idiomas no solo es una habilidad para crear conexiones más auténticas durante tus viajes, sino un poderoso catalizador para avivará la llama del viajero en ti.

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10. Tomate un descanso

Pecar de mucho es tan malo como pecar de poco.

Pecar de mucho puede llevar al desgaste, a la falta de ilusión por explorar nuevos destinos. A veces llegamos a la habitación del albergue y solo queremos ver una película en Netflix o leer un libro.

El agotamiento se disfraza de pereza, la monotonía se mezcla con la falta de inspiración y caemos en la trampa de la desmotivación.

Te lo digo por experiencia: la rutina puede eclipsar el entusiasmo por lo desconocido.

Pensamos que todas las plazas de armas en latinoAmérica son iguales, que todos los templos hindús son parecidos y que el agua de las cascadas siempre cae hacia abajo.

En otras palabras, no encontramos motivación para dar ese primer paso fuera de la habitación.

Así que, de vez en cuando, si llevas mucho tiempo viajando y has perdido la motivación por viajar: detente, respira y tómate un descanso hasta que redescubras la chispa que encendió tu espíritu aventurero.

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