7 maneras de superar el choque cultural en tus viajes

Incluso los viajeros más experimentados sufren el choque cultural de una manera u otra al llegar a un nuevo destino.

Vayas donde vayas siempre encontrarás alguna escena que te resulte, la mayoría de las veces, peculiar o chocante, pero a veces ofensiva o incluso inmoral. No dejes que esta primera impresión arruine tu viaje.

Superar el choque cultural requiere tiempo. Los primeros días tómatelo con calma, se respetuoso, comprensivo, y visita las atracciones principales para acostumbrarte al país. El tiempo de adaptación dependerá de tu experiencia como viajero, capacidad de hablar el idioma y tu conocimiento previo del país.

En este artículo hablaremos de qué es el choque cultural, como superarlo y diferentes consejos que te ayudarán a navegar cualquier cultura sin sobresaltos ni decepciones.

¿Qué es el choque cultural del viajero?

El choque cultural es un sentimiento de desorientación ante comportamientos, costumbres o condiciones externas que experimentamos en un nuevo país.

Hablamos del sabor de la comida, la manera de conducir, el sonido del idioma y un largo repertorio de situaciones que pondrán a prueba nuestra percepción del mundo.

 El choque cultural es una parte inevitable del viaje, que con el tiempo se diluye como el chocolate en la leche. Solo hace falta mezclarnos lo suficiente, mantener una mente abierta, actitud curiosa y estar dispuesto a aprender de otras culturas o personas.

A cada viajero le afecta de una manera y puede marcar la diferencia entre un gran viaje o una pesadilla por olvidar.

Algunos viajeros experimentan una sensación de felicidad que les hace sentir vivos y encuentran estímulos emocionantes en cada esquina. A otros les puede generar sentimientos de aislamiento, frustración, ansiedad o paranoia.

Estos últimos viajeros pueden necesitar más tiempo para adaptarse al nuevo país, antes de que su frustración genere aversión por el país.

India es un gran ejemplo, o la amas o la odias.  

Etapas del choque cultural

El choque cultural viene en distintas fases, aunque no todos los viajeros las experimentan en el mismo orden, durante el mismo tiempo, ni con la misma intensidad.

La primera etapa es conocida como la luna de miel. Todo nos parece interesante y curioso. Hablamos con todo el mundo y sonreímos cuando vemos una vaca tumbada en medio de la carretera obstaculizando el tráfico. Esta etapa dejará huella en nuestra memoria y la recordaremos con nostalgia.

Con el tiempo el entusiasmo da paso a una etapa de angustia. Aquí empezamos a encontrar molesto que la gente pregunte constantemente sobre la cámara que llevamos, y cada vez que una vaca interrumpe el tráfico nos suben las pulsaciones.

Si la experiencia te sobrepasa es importante que viajes a zonas más neutras o tranquilas como una playa paradisiaca o zonas rurales donde la paz y tranquilidad es una constante. En esta etapa es importante recordar porqué elegiste este destino, y que te esfuerces en encontrar aspectos y experiencias positivos a tu alrededor.

En esta etapa es importante recordar porqué elegiste este destino, y que te esfuerces en encontrar aspectos y experiencias positivos a tu alrededor.

Por suerte, después de la angustia suele venir la etapa de orientación. Ya comprendemos la realidad del destino, lo bueno y lo malo. Por fin estamos preparados para lanzarnos a la aventura y explorar el país.

Puede que algunas situaciones te sigan resultando curiosas o difíciles de digerir, pero lejos de alterar tu estado de ánimo, se convierten en anécdotas de viaje que contarás o apuntarás en tu diario.

Durante la etapa de adaptación sentirás arraigo por la cultura y te mueves con soltura en tu nuevo escenario. Con el tiempo has aprendido a respetar la cultura y religión del país. Has aprendido a interactuar con los locales y ya no comparas cada detalle con tu propia cultura.

En lugar de eso, has aprendido a apreciar y valorar las diferencias culturales y te sientes más conectado con el lugar que visitas. El choque cultural se ha disuelto en una nube de recuerdos y estas preparado para vivir experiencias que hacen que toda aventura sea diferente y merezca la pena.

En este artículo encontrarás consejos para adaptarse a otras culturas en tus viajes y evitar ofensas.

Consejos para superar el choque cultural

El choque cultural puede arruinar tu viaje si no consigues lidiar con los aspectos más puntiagudos de tu nuevo destino. Por eso muy importante tener en cuenta algunos consejos prácticos que te ayudarán a superarlo lo antes posible.

1. Encontrar el destino apropiado

No todos los destinos se ajustarán a tu horma. Algunos ofrecen desafíos culturales o problemáticas sociales que serán como una piedra en el zapato. Elegir un destino adecuado, es el primer paso para minimizar el choque cultural, y poder disfrutar de una experiencia positiva y enriquecedora.

Investiga sobre la cultura, religión, idioma y estado actual del país. Recuerda que temas como la prostitución o la extrema pobreza suelen ser temas difíciles de digerir. También puedes utilizar foros o redes sociales actualizadas para preguntar a otros viajeros que hayan visitado el lugar. Tener una idea clara de lo que te espera en ese país te ayudará a prepararte mentalmente contra el choque cultural.

Ten presente que los destinos más populares han perdido su ambiente original. La población está muy acostumbrada al turismo, y la exposición a su cultura está muy medida, para agradar al turista. Estos lugares, a pesar de ofrecer una experiencia un poco descafeinada, son la entrada perfecta para aclimatarse a un nuevo país.

Échale un vistazo a este artículo para encontrar una lista de consejos: ¿Cómo elegir tu destino mochilero?

2. Elegir el mejor tipo de viaje

No es lo mismo viajar de mochilero por tu cuenta que viajar con un tour organizado que te está esperando en el aeropuerto. Estar rodeado de compañeros con los que cambiar impresiones y tener acceso a un guía local, ayuda a reducir el choque cultural, y nos permite comprender mejor las complejas tradiciones que nos rodean.

Cuanto más vírgenes, misteriosas, ancestrales, intrigantes o desconocidas sean las costumbres del país, más impactante será nuestra experiencia emocional. Por eso, en continentes como África donde las raíces del macro turismo no han terminado de brotar, viajar con un guía puede ser una necesidad.

No hay duda de que este tipo de viaje pierde cierta espontaneidad y autenticidad, pero evitará que te sientas saturado con emociones.

3. Tener compañeros de viaje

Viajar en solitario es más complicado que viajar solo cuando nos movemos por culturas desconocidas. Para empezar cuatro ojos ven más que dos, pero, sobre todo, tener un acompañante te permitirá contrastar ideas y mantener los pies en el suelo ante situaciones complejas.

Por ejemplo, cruzar una carretera en Vietnam puede ser estresante para un viajero solitario, pero hacerlo con un grupo de amigos puede ser una anécdota divertida sobre la que hablar durante la comida.

4. Compartir tus experiencias con otros viajeros

Hablar con otros viajeros sobre tus impresiones, miedos y experiencias es una válvula de escape contra el choque cultural.

Ellos pueden ofrecer consejo, una perspectiva diferente o una versión más relajada de los hechos que te ayude a reducir la tensión o ansiedad. Además, es una manera de crear conexiones, amistades y encontrar compañeros de viaje.

5. No comparar países

Uno de los mayores errores que cometen muchos viajeros es comparar todo lo que ven con su país de origen. No caigas en la trampa, por supuesto que son diferentes.

Déjate llevar por la aventura, no te quedes anclado en tus prejuicios y presunciones.

No juzgues todo lo que ves, muestra curiosidad y atesora las diferencias culturales como si fuesen joyas de diferentes colores. Un rubí, una esmeralda y un diamante son de diferente color, pero su valor es subjetivo.

Cada país y cultura tiene su propia belleza y valor, y el viaje se enriquece cuando se valora y se disfruta de estas diferencias.

6. Sumérgete en la cultura local

No mires el espectáculo desde las gradas. Atrévete a conocer la cultura de primera mano y conocer gente local. Apúntate a un curso de salsa, toma un curso de cocina balinesa o trabaja de voluntario en un parque natural.

Haz un esfuerzo por crear experiencias positivas que te acompañen de por vida.

7. Viajar con una mente abierta

Tarde o temprano sentirás frustración ante alguna escena que te resulte difícil de entender. A mi nunca deja de fascinarme hacer cola ante una taquilla en India. Si no andas atento se te colarán unos cuantos. No lo hacen para fastidiarte sino porque es normal para ellos.

En vez de juzgar lo que ves, trata de comprenderlo y apreciarlo como una oportunidad para ampliar tus horizontes y experiencias.  

Viajar con una mente abierta significa estar dispuesto a aceptar y aprender de las diferencias culturales. El choque cultural nos afecta a todos de manera diferente, pero viajar con una mente abierta es la vacuna universal contra esta montaña rusa de sentimientos que puede arruinar nuestro viaje.

Choque cultural al regresar a nuestro país

El choque cultural viaja en las dos direcciones. Lo sentimos al llegar a nuestro destino, pero también lo sentimos cuando volvemos a casa.

Sin duda habrá cosas que antes no valorábamos y ahora echamos de menos. Puede que sean los pantalones tan cómodos que usabas en Tailandia, viajar de mochila en una motocicleta taxi, comer comida fresca todos los días en un mercadillo, o la llamada matutina a la oración que te despertaba todos los días.

Sea como sea, el choque cultural al regresar a nuestro país es una oportunidad para reflexionar sobre nuestras propias creencias y costumbres, y para apreciar aún más la diversidad cultural del mundo en el que vivimos.

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